lunes, 8 de febrero de 2010

La vampira


Las calles estaban oscuras y el cuelo amenazaba tormenta. Caminaba cada vez mas deprisa buscando cobijo, sin saber a donde ir. Le abrirá la gente la puerta a una desconocida sucia y harapienta? Pobre del que lo haga. No aguantaba mas su hambre. Llevaba meses sin comer nada, perdida por el bosque sin ninguna ayuda, y después de caminar durante días, con una sed que le quemaba la garganta, encontró una ciudad. El olor a humano la había guiado hasta allí, y la única ropa que llevaba encima eran los sucios harapos con los que se había despertado en el bosque aquel fatídico día. Su mente era una revolución de pensamientos, no había nada en claro. Apenas recordaba algo de su vida pasada, salvo su nombre y que ese día en el bosque, algo la había atacado y la había mordido. Después, ya no supo cuanto tiempo había estado inconsciente, pero cuando se despertó, ya todo era diferente. Descubrió que no podía estar a la luz del sol, por eso, cuando se hacia de día, se escondía en los arboles grandes y viejos del bosque, y por las noches, salia otra vez hacia donde ere olor la transportaba.
Ahora, ya mas cerca del olor, el hambre se hacia insoportable, y tenia miedo, tenia miedo de ella misma; quien lo hubiese dicho de una persona. Pero ella ya no era una persona, era un ser extraño, no sabia ni cual, al que le gustaba la olor de los humanos y solo pensaba en sangre. Pero cuando vio a la poca gente en la plaza, su mente se nubló, no pensó en nada mas que en comer, y se abalanzo hacia el primer hombre que pasaba ya de retirada a casa. Lo sorprendió y lo mato en el acto, , saciándose de él hasta la ultima gota de sangre de su cuerpo. Pero que fatídico intento, pues otra de la personas que estaban por allí la había visto y sabía que eso no era bueno. Entonces fue cuando definitivamente perdió todo el control que le quedaba, y poco a poco fue matando a cada persona que se paraba en su camino. Al llegar le amanecer, la plaza del pueblo era peor que un matadero, no había un persona viva, y la sangre cubría todo el suelo. De repente, la razón volvió a su ser y se dio cuenta de lo que había hecho. Se maldijo por ello, y se fue al bosque, de donde ya, nunca mas salio. Y allí, sin poder dormir por la maldición de ese cuerpo insaciable, lo único que podía hacer era lamentarse de lo ocurrido y al caer la noche, perder los estribos.


The Dark Archangel

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